Estrongiloidiasis en cerdos

Estrongiloidiasis en cerdos

 

Strongyloides ransomi en cerdos:

 

Entender la infección y cómo controlarla

La cría de cerdos es una actividad que requiere un cuidado constante de la salud de los animales. Una de las amenazas importantes en este escenario es la infección por Strongyloides ransomies un parásito que provoca estrongiloidiasis en los cerdos. Esta enfermedad puede tener importantes repercusiones económicas, además de poner en peligro el bienestar de los animales. En este artículo veremos en detalle cómo se produce esta infección, sus síntomas, formas de transmisión y, lo más importante, las estrategias de prevención y control para proteger a los cerdos de esta amenaza.

¿Qué es la estrongiloidiasis porcina?

La estrongiloidiasis es una enfermedad parasitaria causada por el nematodo Strongyloides ransomiEl parásito es un pequeño gusano de vida libre que se aloja en el intestino delgado de los cerdos. Este parásito tiene un ciclo vital muy particular, lo que hace que su erradicación sea un reto en las explotaciones comerciales y de subsistencia.

Estrongiloidiasis en cerdos
Estrongiloidiasis en cerdos

Ciclo de vida Strongyloides ransomi

El ciclo vital de este parásito puede adoptar dos formas: una fase parasitaria y una fase de vida libre. En la fase parasitaria, las larvas entran en el organismo del hospedador (cerdos) a través de la piel o por ingestión. Una vez dentro del animal, migran al intestino delgado, donde se convierten en gusanos adultos capaces de reproducirse y producir huevos.

Los huevos eclosionan en el interior del propio intestino, liberando larvas que pueden ser eliminadas con las heces o reinfectar al propio hospedador por autoinfección. Este ciclo continuo favorece la perpetuación de la infección dentro del rebaño, especialmente en condiciones de higiene deficientes.

En la fase de vida libre, las larvas pueden desarrollarse fuera del hospedador, en el medio ambiente, donde viven en el suelo y en materiales orgánicos, lo que aumenta el riesgo de reinfección. Esta adaptabilidad del ciclo vital, alternando entre parasitario y libre, hace que la Strongyloides ransomi un reto para los creadores.

Transmisión y factores de riesgo

La estrongiloidiasis puede transmitirse por varias vías. En los cerdos, la vía transmamaria es una de las principales, es decir, las larvas pueden transmitirse a través de la leche de la cerda infectada a los lechones. Esta forma de transmisión es extremadamente eficaz y provoca una infección precoz, en las primeras semanas de vida.

Además, las larvas pueden penetrar en la piel o ser ingeridas directamente al consumir alimentos o agua contaminados. En entornos donde la higiene es inadecuada, el riesgo de transmisión aumenta, ya que el parásito prolifera en suelos húmedos ricos en materia orgánica, condiciones habituales en explotaciones mal gestionadas.

Otro factor de riesgo es el estrés animal, que puede reducir la inmunidad y favorecer la instalación del parásito. Los lechones jóvenes son especialmente vulnerables debido a que su sistema inmunitario aún está en desarrollo, lo que explica la elevada tasa de mortalidad observada en las infecciones graves.

Estrongiloidiasis en cerdos
Estrongiloidiasis en cerdos

Síntomas y signos clínicos

Los síntomas de la estrongiloidiasis varían en función de la carga parasitaria y la edad del animal. En los lechones recién nacidos, la infección puede ser especialmente devastadora, provocando diarrea grave, deshidratación, pérdida de peso y, en los casos más graves, la muerte. La diarrea suele ser acuosa y puede presentar restos de moco o sangre, lo que agrava la deshidratación.

En los cerdos de más edad, los signos pueden ser menos intensos, pero incluyen pérdida de apetito, retraso del crecimiento, pérdida de peso y, en algunos casos, anemia. La infección crónica puede conducir a una reducción de la eficiencia alimentaria, lo que repercute directamente en el aumento de peso de los animales, lo que se traduce en pérdidas económicas para el productor.

Diagnóstico de la estrongiloidiasis

El diagnóstico de la estrongiloidiasis en los cerdos puede realizarse mediante el análisis de las heces, donde se identifican las larvas o los huevos del parásito. Se suelen utilizar métodos como la técnica de Baermann, que permite extraer las larvas de las heces. Sin embargo, el diagnóstico clínico basado únicamente en los síntomas no es definitivo, ya que muchos de los signos pueden confundirse con otras enfermedades gastrointestinales.

En las explotaciones comerciales, la vigilancia constante es esencial para identificar los brotes a tiempo y evitar que la enfermedad se propague. Las pruebas parasitológicas periódicas pueden ayudar a mantener la cabaña porcina libre del parásito o a controlarlo a niveles seguros.

Impacto económico y sobre la producción

La estrongiloidiasis puede causar importantes pérdidas en las explotaciones porcinas. Además de la mortalidad de los lechones, la disminución de la ganancia de peso y la necesidad de tratamiento aumentan los costes de producción. Una piara infectada tiene una menor eficiencia alimentaria y los animales pueden tardar más en alcanzar el peso de sacrificio, lo que se traduce en una menor rentabilidad para el productor.

En algunos casos, los brotes graves de estrongiloidiasis pueden requerir la eliminación de los animales infectados o la necesidad de un tratamiento intensivo, lo que aumenta los costes de explotación. Por este motivo, la prevención es siempre la mejor estrategia.

Prevención y control de la estrongiloidiasis

El control de la estrongiloidiasis debe implicar un enfoque polifacético. La prevención comienza con unas buenas prácticas de gestión e higiene en las instalaciones. Mantener el entorno seco, con un buen drenaje y una limpieza regular, reduce considerablemente la proliferación del parásito.

El uso de antihelmínticos específicos puede ser eficaz tanto en la prevención como en el tratamiento. En cerdos reproductores, el tratamiento regular de las cerdas antes del parto ayuda a reducir la transmisión a los lechones. Sin embargo, debe evitarse el uso indiscriminado de antiparasitarios para prevenir el desarrollo de resistencias.

Además, es esencial vigilar el entorno de cría y llevar a cabo una gestión adecuada de los residuos, ya que las larvas pueden desarrollarse en zonas contaminadas. La rotación de los potreros y la aplicación de periodos de barbecho son estrategias recomendadas para evitar la contaminación del suelo.

En las explotaciones a gran escala, los programas de control sanitario bien estructurados, que incluyen la desinfección de las instalaciones y el control de las condiciones ambientales, son esenciales para mantener la salud del rebaño y la rentabilidad de la producción.

Estrongiloidiasis en cerdos
Estrongiloidiasis en cerdos

Tratamiento

El tratamiento de la estrongiloidiasis implica el uso de fármacos antiparasitarios, siendo la ivermectina uno de los principios activos más utilizados. Debe administrarse de acuerdo con las recomendaciones veterinarias, teniendo en cuenta la dosis correcta y los intervalos de aplicación. En casos de infección grave, puede ser necesario repetir el tratamiento o adoptar medidas adicionales, como el aislamiento de los animales infectados.

Además del tratamiento farmacológico, el apoyo nutricional y la rehidratación de los animales afectados son importantes para garantizar su recuperación, especialmente en los lechones jóvenes, que son más susceptibles a las complicaciones de la enfermedad.

Consideraciones finales

La estrongiloidiasis en cerdos, causada por el Strongyloides ransomies una enfermedad parasitaria que requiere una atención continua por parte de los criadores. La complejidad del ciclo vital del parásito y la diversidad de vías de transmisión hacen que el control de la enfermedad dependa de una combinación de buenas prácticas de gestión, higiene y tratamientos adecuados.

Mantener el ambiente de cría limpio y seco, adoptar programas controlados de desparasitación y vigilar la salud de la piara son acciones fundamentales para evitar brotes. Invertir en prevención y control es, sin duda, la mejor estrategia para garantizar el bienestar de los cerdos y la rentabilidad de la producción. Así, incluso frente a desafíos como la estrongiloidiasis, es posible mantener una granja sana y productiva.

 

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